lunes, 26 de agosto de 2019




OCHENTA DUDAS ANTE EL CONTENEDOR AMARILLO

Entre el 25% y el 30% de lo que se echa en este cubo no debería ir en él

Diecisiete años después de la puesta en marcha de la recogida selectiva de envases a través del contenedor amarillo aún surgen dudas sobre lo que se debe depositar en él. Hay consenso generalizado sobre las botellas de plástico y latas de bebidas y los tetrabriks, y que incluso no hay que echar en ellos juguetes, utensilios de cocina (sartenes, por ejemplo) o ropa, pero, ¿a partir de aquí? ¿Dónde va una cápsula de café? ¿Y un envoltorio de caramelo, un táper usado, una bolsa de redecilla de patatas, una caja de CD o DVD, un frasco de jarabe vacío, una botella de amoníaco o un tenedor de plástico?

Según datos del sistema integrado de gestión del contenedor amarillo, Ecoembes, a pesar de que ha habido una evolución positiva en cuanto al depósito de impropios, estos están entre el 25 y el 30%. Una encuesta realizada a 834 habitantes de la localidad de Cehegín (Murcia) el pasado año, demostró que sólo el 37% respondía correctamente a tres preguntas relacionadas con la recogida selectiva de residuos. Desde Ecoembes afirman que “hay que seguir reforzando esta línea para mejorar la eficiencia del sistema”.

Algo hay que hacer, pero también por parte de administraciones y empresas, porque el último informe del Instituto Nacional de Estadística sobre residuos urbanos domésticos destaca que de los 22,4 millones de toneladas procesados en 2012 por las empresas gestoras, 18,3 millones correspondieron a residuos mezclados y solo 4,1 millones a la recogida selectiva. Recientemente, Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, también nos ha sacado los colores, ya que, aunque generamos menos kilos de residuos por habitante, en 2013 estuvimos muy por encima de la media de la UE entre lo que tiramos y desaprovechamos en vertederos (el 60% frente al 31%) y por debajo en reciclaje (20% frente al 28%).

Hemos recogido diferentes tipos de envases, embalajes, envoltorios o recipientes aportados como ejemplo por personas que en alguna ocasión se han encontrado en la disyuntiva de no saber qué hacer con ellos. A partir de ahí se ha generado una lista con ochenta objetos y se ha remitido a Ecoembes, para su consulta. He aquí el resultado.

¿DEBEN IR LOS SIGUIENTES ENVASES Y RECIPIENTES AL AMARILLO?
ALIMENTACIÓN

1. Envoltorios pequeños de caramelos, chicles, bombones… SÍ

2. Cajas metálicas de bombones, pastas y otros dulces… SI

3. Envases de yogur. SÍ

4. Tapa del envase del yogur. SÍ

5. Envases metálicos de nata montada. SÍ

6. Tarrinas de mantequilla, margarina y queso de untar. SÍ

7. Envoltorios de aluminio de mantequilla. SÍ

8. Botes o tarros de barro de cuajadas y cremas. NO. Al contenedor gris del resto de basuras o a un punto limpio.

9. Tapas de los envases de cristal. SÍ

10. Tapones de plástico (botellas, tetrabrik, tubos pasta de dientes…). SÍ

11. Tapones de corcho natural. NO. Al gris

12. Tapones de corcho sintético. SI

13. Chapas de botellas de cristal. SÍ

14. Botes de plástico de kétchup, mostaza y mahonesa. SÍ

15. Abrazaderas de plástico de las latas de bebida. SÍ

16. Plástico que envuelven paquetes de varias botellas y tetrabriks. SÍ

17. Vasos de papel de hamburgueserías y cafeterías. NO. Al azul de papel y cartón

18. Tapas de vasos de papel de hamburgueserías y cafeterías. SÍ

19. Tarrinas de papel de helados. NO, Al azul

20. Envases de aperitivos (pipas, patatas, gusanitos…). SÍ

21. Sobre de sopas, caldos y purés. SÍ

22. Bolsas de plásticos de alimentos frescos empaquetados (fruta y verdura). SÍ

23. Bolsas de plástico de magdalenas, cruasanes, galletas… SÍ

24. Bolsas de redecilla de naranjas y patatas. SÍ

25. Plástico fino trasparente de paquetes de embutidos y quesos. SÍ

26. Bandejas y otros envases de plástico duro con alimentos a granel (carnes, embutidos y encurtidos) SÍ

27. Papel plastificado utilizado en carnicerías y pescaderías NO. Al azul. Si tiene restos de alimentos, al gris.

28. Bandejas de corcho blanco (poliestireno expandido o poliespán). SI

29. Bandejas plateadas de empanadas, pasteles, tartas… SI

30. Envases triangulares de plástico de sándwiches. SÍ

31. Táperes para envasar alimentos. NO. Al gris o a un punto limpio

32. Papel de aluminio SÍ

33. Celofán o plástico (film) para envolver alimentos en el hogar. SÍ

34. Latas de conservas. SÍ

35. Latas de alimentos preparados o precocinados y encurtidos. SÍ

36. Latas de aceite de cocina. SÍ

37. Envoltorios individuales de galletas, magdalenas, pastas… SÍ

38. Cápsulas de aluminio de café. NO. Al gris o puntos de recogida especiales

39. Hueveras de plástico. SÍ

40. Moldes de silicona para dulces y otros postres. NO. Al gris

MENAJE DEL HOGAR

41. Platos, vasos y cubiertos de plástico desechables. SI

42. Biberones. NO. Al gris

43. Termos. NO. Al gris

44. Bidones empleados por ciclistas. NO. Al gris

45. Macetas de plástico. NO. Al gris o a un punto limpio

46. Celofán que envuelve discos, libros, revistas… SI

47. Corcho blanco de embalajes. SI

48. Plástico de burbujas de embalajes. SÍ

49. Cajas de plástico de CD y DVD. NO. Al gris

50. Carcasas de vídeos VHS. NO. Al gris

51. Fundas y carcasas de cintas de casete. NO. Al gris

52. Fundas de móviles, tabletas, ipod, ipad. NO. Al gris

53. Estuches de gafas. NO. Al gris

54. Recipientes metálicos de velas pequeñas. NO. Al gris

55. Envases de plástico de paquetes de pilas, tornillos, bombillas… SÍ

56. Monederos y carteras. NO. Al gris

57. Cajas de plástico de rotuladores, bolígrafos, pinceles… Sí

58. Bolígrafo. NO. Al gris o a un punto limpio

59. Carretes de hilo. SÍ

60. Sacapuntas. NO. Al gris o a un punto limpio

61. Estuches (plumieres) de material escolar o similar. NO. Al gris

62. Envases mixtos que contengan papel y/o cartón y plástico (sobres, cajas de juguetes…). Hay que separarlos: el papel/cartón, al azul, y el plástico, al amarillo

63. Materiales plásticos del marco de una fotografía o cuadro. NO. Al gris

64. Mechero, NO. Al gris o a un punto limpio

65. Cajas de plástico duro (triángulos de carretera, herramientas…) NO. Al gris o a un punto limpio

66. Aerosoles (limpieza, insecticidas, ambientadores…). SÍ (siempre vacíos)

67. Botellas de plástico de lejías, amoniaco y limpia-hogares. SÍ (siempre vacíos)

68. Latas de pintura. SÍ, si son de uso doméstico.

69. Cubos y barreños de plástico (de basura, de fregar…). NO. Al gris o punto limpio

70. Bolsas de basura y de la compra. SÍ

71. Bolsas de plástico de fregonas, maquinillas de afeitar, esponjas, papel higiénico… SÍ

MEDICINAS, HIGIENE PERSONAL Y COSMÉTICA

72. Caja de cartón de los medicamentos. NO. Al punto SIGRE de las farmacias

73. Envases de plástico (blísteres y botes) de los medicamentos. NO. Al punto SIGRE de las farmacias

74. Envases de pañuelos de papel. SI

75. Tubos y otros envases de pastas de dientes.SÍ

76. Envase de un dosificador de jabón. SÍ

77. Envases de lacas, espumas, moldeadores… SÍ

78. Resto de envases de productos de higiene personal (geles, champús, acondicionadores, cremas…). SÍ

79. Envases de pintalabios, rímel, vaselina… SI

80. Neceseres. NO. Al gris

FUENTE: JAVIER RICO
https://elpais.com/elpais/2015/04/27/ciencia/1430130449_028355.html



CARTA DA FORNO: È DAVVERO TOSSICA E CANCEROGENA? IL PARERE DELL'ESPERTO

La carta da forno è tossica e cancerogena? La carta da forno è senza dubbio un prodotto comodo e pratico per cucinare e scaldare gli alimenti senza farli attaccare. Si può utilizzare non solo nel classico forno ma anche in quello a microonde o in padella. L’errore che spesso si fa però è di non leggere le indicazioni che si trovano sulle confezioni, essenziali per un uso corretto di questa carta.

Per capire se la carta da forno è un prodotto davvero sicuro o no abbiamo chiesto il parere a Serena Pironi, tecnologa alimentare, che ci ha svelato alcuni dettagli non solo sull’utilizzo, ma anche sulla normativa che regola la commercializzazione della carta forno.

ATTENTI ALL’ETICHETTA
Innanzitutto quando si utilizza qualsiasi prodotto (anche non direttamente alimentare) bisogna fare attenzione all’etichetta e leggerla attentamente. Guardando le confezioni di carta forno spicca la dicitura: “non utilizzare a temperature superiori a 220 gradi” (scommettiamo che molti di voi non lo sapevano e l’hanno usata in maniera errata).

“La carta da forno di norma mantiene la sua integrità sino a 220°C, oltre tale temperatura si potrebbero manifestare fenomeni di disgregazione e quindi cedere agli alimenti composti non graditi. Se viene impiegata in forni a microonde, la temperatura massima tollerata è 150°C. Tali indicazioni d’uso devono essere presenti nell’etichetta del prodotto” ci ha spiegato Serena Pironi.

MATERIALI DI FABBRICAZIONE
Sulle etichette non vengono generalmente riportati i materiali con cui è prodotta la carta forno e che la rendono antiaderente e resistente alla cottura.

Ecco cosa ci ha detto a riguardo la dottoressa Pironi:

“I materiali che vengono a contatto con gli alimenti in generale devono essere fabbricati seguendo alcuni regolamenti europei, che raccomandano il rispetto di buone norme di prassi igienica e tracciabilità come nel campo degli alimenti. E devono essere impiegati materiali previsti da raccomandazioni e norme. Nel settore delle carte e delle carte da forno, viene seguita una raccomandazione tedesca ed un decreto nazionale. Nella raccomandazione tedesca, in particolare, sono riportati i limiti composizionali, ovvero quali materie prime possono essere impiegate (come materiali fibrosi e riempitivi) e quali componenti aggiuntivi possono essere utilizzati (come ad esempio agenti leganti, sbiancanti ottici, ecc.)”.

Ci siamo poi chiesti se ci sono differenze sostanziali tra marca e marca, si trovano infatti carte forno che, al di là del quantitativo maggiore o minore di prodotto, hanno prezzi differenti. Ecco cosa ci ha spiegato la tecnologa alimentare:

“Le carte da forno che si trovano in commercio possono differire tra i vari marchi, nel senso che avranno composizioni proprie del produttore (un po’ come le ricette di un alimento): l’importante è che vengano impiegati componenti listati dalle norme e che vengano effettuati i controlli per garantire la sicurezza alimentare. I produttori devono effettuare difatti dichiarazioni di conformità e controlli di conformità, supportati da test chimici quali quelli di purezza (come per esempio verificare che venga rispettato il limite di alcune sostanze quali il piombo)”.

In sostanza ci sembra di capire che, almeno in teoria e dando per scontato che vengano effettuati i dovuti controlli, la carta forno dovrebbe essere un prodotto sicuro, nel senso che utilizzata correttamente “non dovrebbe” rilasciare sostanze sgradite. Non è però composta da materiali propriamente green, di conseguenza meglio limitare l’utilizzo a quando è davvero necessario.

FONTE: Francesca Biagioli
https://www.greenme.it/mangiare/alimentazione-a-salute/carta-forno-tossica-cancerogena/