CÓMO LAS PRENDAS CONTAMINAN EL SUMINISTRO DE ALIMENTOS
Cada día, todos y cada uno de nosotros, contribuimos a la destrucción del medio ambiente, simplemente al tomar parte de la sociedad moderna.
No solo las personas desechan de forma inapropiada los medicamentos, al eliminarlos por el inodoro, la limpieza y los productos para el cuidado personal que utilizamos, y la ropa que usamos y lavamos diariamente, también contribuyen a la contaminación ambiental.
De hecho, ahora se reconoce más ampliamente el impacto ambiental que tienen nuestras elecciones de ropa, ya que los estudios que evalúan los efectos tóxicos de todo--desde tintes para tejidos y diversos tratamientos para las telas (como retardantes de llama y productos químicos resistentes a manchas), hasta detergentes para ropa--han captado la atención.
Las Desventajas de la Lana
Las microfibras, en particular, han adquirido notoriedad porque constituyen una grave amenaza para la vida marina y migran hacia los campos, y de allí, a nuestros platos. Como señaló NPR:
"La innovación de la lana sintética ha permitido que muchos entusiastas de ambientes exteriores, hagan caminata con comodidad y calidez.
Pero, lo que muchos... no saben, es que cada lavada... libera miles de fibras microscópicas de plástico, o microfibras, en el medio ambiente--desde su parque nacional favorito a los suelos agrícolas hasta las aguas con peces, que las devuelven a nuestros platos.
Esto hace que los científicos se pregunten: ¿Estamos consumiendo las microfibras sintéticas de nuestros suéteres?
Probablemente sí, dice Chelsea Rochman--ecologista y bióloga evolutiva de la Universidad de Toronto, St. George. 'Las microfibras parecen ser uno de los elementos de desechos plásticos más comunes presentes en las muestras ambientales y de animales", dice Rochman.
Las Microfibras Se Han Convertido en Un Contaminante de Agua Muy Importante
De hecho, las microfibras sintéticas representan el 85 % de los desechos en las costas de todo el mundo, y tienden a encontrarse en concentraciones más altas en las playas de sedimentos, cerca de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Además, las pruebas de agua realizadas por el Proyecto Rozalia demostraron que las microfibras se encuentran en la mayoría de las muestras de agua recolectadas del río Hudson. De igual manera, las fibras se han encontrado tanto en la sal de mesa como en el pescado que se vende para consumo humano.
Un estudio de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB, por sus siglas en inglés), realizado en 2015, vinculaba directamente a las microesferas de plásticos y microfibras sintéticas o artificiales con la contaminación en el pescado, y cuando Abigail Barrows--investigadora en jefe de Global Microplastics Initiative—hizo pruebas en 2,000 peces marinos y de agua dulce, el 90 % tenía restos de microfibra en sus cuerpos.
Resultados casi idénticos han sido reportados por Amy Lusher, una investigadora de microplásticos, en el Reino Unido, quien fue coautora de un estudio sobre la contaminación por microplásticos en el Océano Atlántico de la zona Noreste, el cual fue publicado en 2014.
En realidad, al parecer no existe ningún lugar en la tierra que no haya sido alterado por la contaminación de plásticos.
Como Abby Barrows--investigadora de microplásticos para Adventurers and Scientists for Conservation—dijo para The Washington Post:
"Trabajar en este campo de investigación... podría ser realmente deprimente. Abro un contenedor de agua—la cual es de un hermoso lugar en Palau--y está lleno de plásticos; o esta proviene de la Antártida, y creo que definitivamente no habrá nada allí, y está cargada de fragmentos. No he visto una muestra que no contenga una cantidad alarmante de plásticos".
Además, las Microfibras Son un Posible Contaminante Alimenticio
Las microfibras, que se encuentran más frecuentemente, en comparación con las microperlas (que están en exfoliadores faciales y artículos similares), son particularmente perjudiciales, ya que las fibras son fácilmente consumidas por los peces y otras especies silvestres, donde se acumulan en el intestino y se concentran en los cuerpos de otros animales, en la parte superior de la cadena alimenticia.
En un estudio, las microfibras aumentaron la mortalidad de las pulgas de agua. En otro, se encontró que la presencia de fibras reduce el consumo alimenticio general de los cangrejos, gusanos y langostinos (conocidos como Langostas de Noruega), Lo que amenaza su desarrollo y tasas de supervivencia.
Para empeorar las cosas, estas fibras microscópicas de plástico absorben toxinas como una esponja, lo cual concentra a los PCBs, pesticidas y aceite, en cantidades cada vez mayores, a medida que escalan en la cadena alimenticia.
Factores Que Empeoran la Liberación de Microfibras
Las pruebas muestran que cada vez que un abrigo sintético de lana es lavado, este libera un promedio de 1.7 gramos de microfibras, y podría liberar hasta 2.7 gramos.
Como comparación, un sujetapapeles pesa cerca de 1.5 gramos. Entre más viejo sea el abrigo, mayor cantidad de microfibras se desprenderán, y también, se encontró que una lana de marca genérica de menor calidad desprende un 170 % más durante su vida útil, en comparación con una lana de mayor calidad.
Otras investigaciones publicadas en Marine Pollution Bulletin encontraron que el tipo de tejido también hace una diferencia en la tasa de microfibras que se desprenden.
En una comparación entre acrílico, poliéster y una mezcla de poliéster-algodón, el acrílico fue el peor, el cual desprende microfibras hasta cuatro veces más rápido que la mezcla de poliéster-algodón.
Asimismo, diferentes tipos de lavadoras podrían liberar diferentes cantidades de fibras (y productos químicos) de su ropa.
Las pruebas muestran que las máquinas de carga superior liberan aproximadamente un 530 % más microfibras que los modelos de cargador frontal. Otros factores que podrían influir en la cantidad de desprendimiento incluyen la temperatura del agua, duración y resistencia a la agitación del ciclo de lavado, y el tipo de detergente utilizado.
Hasta el 40 % de estas microfibras salen de las plantas de tratamiento de aguas residuales y terminan en los lagos, ríos y océanos circundantes. Según informó Fusion:
"Para tener una idea de la macroescala de este microproblema, los autores calcularon que una ciudad que tiene aproximadamente 100,000 habitantes podría enviar diariamente entre 20 y 240 libras de microfibras a los cuerpos de agua locales, lo que equivale a alrededor de 15,000 bolsas de plástico".
Posibles Soluciones
Para abordar estos problemas, los científicos solicitan a las empresas de electrodomésticos que investiguen la eficacia de agregar filtros para atrapar las microfibras. Actualmente, Wexco es el distribuidor exclusivo del filtro Filtrol-160,23 cuyo objetivo es capturar las fibras no biodegradables de las descargas de las lavadoras.
El problema con esta solución es lo que sucede con las microfibras cuando son depositadas en rellenos sanitarios (la misma cuestión que se plantea si las plantas de tratamiento de aguas residuales instalaran filtros para mantener las pequeñas fibras alejadas de las vías fluviales). Simplemente, las fibras podrían terminar en el medio ambiente a través de otros medios.
Otra nueva y posible solución, una lavadora sin agua, que fue desarrollada por Tersus Solutions, en Colorado, con fondos de Patagonia. Ésta lava la ropa por medio de dióxido de carbono presurizado, en vez de agua.
Una estrategia aún más simple sería lavar su ropa de lana y microfibra con una menor frecuencia. Además, Patagonia busca soluciones atenuantes, las cuales incluyen el rediseño de los productos para prevenir el desprendimiento de microfibras.
Las Desventajas del Poliéster Van Más Allá de la Contaminación Por Microfibras
Más allá de la contaminación causada por las microfibras, el poliéster y otros materiales artificiales tienen muchos otros inconvenientes ambientales. Como fue señalado anteriormente por Environmental Health Perspectives:
"[E]l poliester, la fibra fabricada más ampliamente utilizada, es hecha de petróleo. Debido a una mayor producción en la industria de la moda, la demanda de fibras artificiales, especialmente del poliéster, casi se ha duplicado en los últimos 15 años, según cifras de Technical Textile Markets.
La fabricación de poliéster y otros tejidos sintéticos requiere un intenso proceso energético que requiere grandes cantidades de petróleo crudo y liberación de emisiones, incluyendo compuestos orgánicos volátiles, partículas y gases ácidos, tales como el cloruro de hidrógeno, lo cual podría causar o agravar las enfermedades respiratorias.
Los monómeros volátiles, disolventes y otros subproductos de la producción de poliéster son arrojados en las aguas residuales por las plantas de fabricación de poliéster.
La EPA [Agencia de Protección del Medio Ambiente], bajo la Ley Sobre Conservación y Recuperación de Recursos, considera que muchas de las instalaciones de fabricación de textil son generadoras de residuos peligrosos".
Incluso, las prendas aparentemente inofensivas, tales como los pantalones vaqueros son frecuentemente producidas con una amplia lista de productos químicos tóxicos, incluyendo perfluoroquímicos, ftalatos y tintes azoicos.
Sin embargo, no solo los materiales hechos por el hombre son los agentes que constituyen el problema. Incluso, el cultivo convencional de algodón transgénico (GE, por sus siglas en inglés) es problemático, debido al uso excesivo de herbicidas e insecticidas peligrosos en la industria de algodón, incluyendo a algunos de los insecticidas más peligrosos disponibles comercialmente.
Esta es una razón por la que le invito encarecidamente a elegir artículos de lana y/o cáñamo y algodón orgánico, idealmente teñidos con tintes que no sean tóxicos, sino naturales, siempre que le sea posible.
Los tejidos naturales no son modificados por la ingeniería genética ni sujetos a esta avalancha de exposición a sustancias tóxicas. Y aunque esto no solucionará todos los problemas ambientales relacionados con la industria textil, es un paso en la dirección correcta.
El Cambio Comienza en Casa
Benign by Design, es un programa creado en 2013 por el ecologista Mark Browne, que pretende mostrar a las empresas de ropa "cómo el desgaste de los textiles causa exactamente la contaminación ocasionada por las fibras y la forma de controlar estas emisiones".
De acuerdo con el sitio web, el programa—que es apoyado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés)--"desarrolló un sistema de análisis de solución intermedia que selecciona, de manera rigurosa y científica, el material más rentable, que tiene el menor impacto; telas que desprenden una menor cantidad de fibras, y fibras menos tóxicas".
No obstante, mientras algunas compañías investigan activamente maneras de producir ropa que sea más respetuosa con el medio ambiente, cada uno de nosotros podríamos contribuir a la solución, al comprar menos y volvernos consumidores más conscientes en cuanto al tema de la ropa.
Como fue descrito en mi artículo anterior sobre "moda rápida", lo ideal sería que considerara todo el ciclo de vida de una pieza de ropa antes de comprarla, ya que realmente la mayoría de sus ropas desechadas terminan en los rellenos sanitarios o son revendidas en países del tercer mundo, donde posteriormente son afectadas las industrias de ropa locales.
Los occidentales tenemos una tendencia a pensar que somos generosos al donar lo que desechamos, lo cual les permite a las personas, que no tienen los medios, obtener ropa que de otra forma no podrían no ser capaces de costear.
La realidad es que la industria de segunda mano tiene problemas con una cantidad abrumadora de ropa. Incluso, ni siquiera pueden albergarlo todo--es por eso que las organizaciones benéficas solamente mantienen los artículos donados en sus tiendas de segunda mano durante un mes, antes de enviarlos a una liquidación masiva.
Simplemente, no hay escasez de ropa de segunda mano, por lo que en realidad no le hace ningún favor al mundo al aportar rutinariamente algún artículo de vestir a las pilas de donación. Si verdaderamente desea hacer una diferencia en este problema, en primer lugar, analice mucho más lo que compra y reduzca su consumo.
La mayoría de los habitantes en los Estados Unidos tienen ropa suficiente como para vestir a pueblos enteros de otros países. No hay duda de que muchos harían bien en asumir algunas de las sugerencias de afirmaciones de vida que proporciona el movimiento minimalista. Como el director de estrategia medioambiental de Patagonia dijo para CBS, en 2015:
"Las personas necesitan aprender a comprar menos y las empresas necesitan aprender a ser rentables con menores ventas... Algo tiene que cambiar fundamentalmente en el mundo del consumismo, para que disminuya la presión sobre las materias primas, lo que reduciría la presión sobre el planeta..."
FUENTE: Por el Dr. Mercola
http://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2017/02/21/la-ropa-de-microfibra-esta-contaminando-los-alimentos.aspx
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