LA REVOLUCIÓN VERDE COMIENZA DESDE EL PLATO
El ‘boom’ del veganismo y de la dieta vegetariana revelan la nueva conciencia ecológica del mundo.
La proliferación de restaurantes vegetarianos y veganos, y de tiendas especializadas en productos ecológicos es un hecho que se incrementa en todo el mundo. Las conciencias se vuelven compasivas hacia los animales. Esto parece ser solo el comienzo.
Existen historias como la de Mayte y Frytz, veganos desde hace décadas, a quienes se les ocurrió la idea de dejar sus respectivos empleos y apostar por el activismo a través de una tienda vegana, en pleno inicio de la crisis económica a finales del 2009.
Lo hicieron en el barrio de Lavapiés en Madrid, conocido por su multiculturalidad. A su establecimiento lo llamaron Planeta vegano y acude todo tipo de clientela, desde aquellos con alergias alimentarias, quienes demandan productos ecológicos, veganos y vegetarianos concienciados y también algunos que quieren experimentar.
La escena latinoamericana muestra una carencia mayor de grupos vegetarianos, aunque en países como México, Argentina o Cuba hay un creciente interés en el vegetarianismo.
Según la Unión Vegetariana Internacional, existen más de 600 millones de veganos en el mundo. El estudio The Green Revolution, de la consultora Lantern, confirma que en Alemania, entre 2011 y 2015, los artículos para veganos se multiplicaron por 18.
Hace siete años nació la primera marca vegana argentina en Buenos Aires, Veganius, de la mano de la diseñadora gráfica Verónica Cerrato. Activista animalista y exdirectora de las organizaciones no gubernamentales como AnimaNaturalis y Libera, decidió dedicarse por completo al área de la gastronomía vegana, “porque trabajar en la alimentación era el área más difícil en mi país”, comenta.
Desde entonces, Cerrato asegura que “en Argentina el veganismo crece a pasos agigantados. Los niños nacen con una conciencia más compasiva. Lo veo a diario en mi negocio, padres que vienen a buscar la solución al ‘problema’ de que sus hijos no quieren comer carne”.
En Argentina el veganismo crece a pasos agigantados. Los niños nacen con una conciencia más compasiva.
Ser vegano
El principal motivo que lleva a alguien a hacerse vegetariano o vegano es ético; pero también existen razones de sostenibilidad, religión o salud. Se trata de una opción personal no exenta de complicaciones.
A quienes tienen una convicción fuerte por no hacer a los demás lo que no les gustaría que les hicieran a ellos, poco o nada les cuesta el cambio; es más, se sienten orgullosos por ello y arrepentidos de no haberlo hecho antes.
Aún así, las dificultades con las que se encuentra un vegano van desde la escasa oferta productos en el supermercado y su elevado costo a los chistes de mal gusto y la gran ignorancia al respecto.
A menudo los llamados veggies se ven en la necesidad de tener que justificar a los demás las razones bien fundamentadas de su decisión, desmentir mitos, demostrar lo sanos que están y responder preguntas de todo tipo, algunas realmente absurdas.
Resulta más difícil enfrentarse a una sociedad incapaz de pensar que lo que comen fue alguien, que a la decisión personal de no formar parte de dicho sistema.
A pesar de eso, hacen caso omiso a las críticas porque “comer animales está mal y cualquier afirmación que exprese lo contrario se puede revertir fácilmente”, sentencia Cerrato.
Todavía muchas personas tienen la falsa creencia de que los vegetarianos se alimentan básicamente de lechuga, y desconocen las diferencias con respecto a los veganos, aquellos que no consumen animales ni sus derivados, como los lácteos o los huevos.
“Hace falta aún bastante información porque, en general, la mayoría de la gente asocia el veganismo a una simple dieta y creen que es un tipo de alimentación deficiente y peligrosa para la salud” apunta Frytz.
Algunos ejemplos de sus beneficios se personifican con atletas de élite como Patrik Babounian, quien posee el título de “el hombre más fuerte de Alemania” y es vegano.
Pero no es el único, Fiona Oakes, ganadora del maratón femenino del polo norte también lo es, y la gran patinadora Surya Bonaly; el seis veces ganador de la dura prueba Ironman de Hawái, Dave Scott; o la reconocida tenista Venus Williams, entre muchos otros, también lo son.
Cambio ambiental
El consumo de animales en el mundo desciende de manera considerable. Conscientes de que la población está cambiando, la industria alimentaria detecta nuevas oportunidad de negocio, como las leches vegetales.
Según el propietario de Planeta vegano “gracias a las redes sociales las personas se dan cuenta de la realidad que sufren los animales cuando son explotados, torturados y sacrificados. Esto ha hecho que un porcentaje de la población asuma una forma de vida que excluye contribuir a ello”.
El multipremiado documental Earthlings, producido y dirigido por Shaun Monson, con música de Moby y narración de Joaquín Phoenix, reconocidos veganos y activistas animalistas; denuncia la terrible realidad de los animales usados como mascotas, alimentación, pieles, entretenimiento y experimentación; y todo contado desde la veracidad que proporcionan las cámaras ocultas en dichas industrias.
El racismo, sexismo y especismo al que se ven sometidos los animales, no dejan tampoco indiferente a nadie en los documentales de la Fundación Brigitte Bardot o la ONG Igualdad Animal; todos ellos, proyectos que crean conciencia y generan la apuesta por negocios como los veggiehotels libres de sufrimiento animal y repartidos por todo el mundo.
A estos se suman miles de empresas con la misma filosofía, como centros de tatuajes, de estética o peluquerías sin productos testados en animales, tiendas de lanas ecológicas, de calzado ético o, incluso, erotecas veganas.
Un estudio británico promovido por la Universidad de Oxford indica que los vegetarianos contaminan menos, ya que las emisiones de dióxido de carbono de estos es un 50 por ciento menor; pero no solo el veganismo tiene un impacto positivo en el medioambiente, sino que un informe de la ONU señalaba que dicha alimentación erradicaría el hambre mundial.
La producción de carne y lácteos representa el 70 por ciento del consumo mundial de agua dulce; el 38 por ciento del uso de la tierra y el 19 por ciento de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero, según este organismo.
El movimiento vegano demuestra ser una decisión importante que cambia la existencia, no solo de quién la toma, sino de aquellos a los que afecta; una clara tendencia mundial que pretende ayudar a los que no tienen voz ni voto, al planeta, a los seres humanos y a uno mismo.
Gracias a las redes sociales las personas se dan cuenta de la realidad que sufren los animales cuando son explotados, torturados y sacrificados
¿El veganismo salvará el planeta?
En el 2016, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llamó la atención sobre la necesidad de cambiar ciertos hábitos alimentarios para contribuir a conservar los recursos naturales del planeta.
Marcela Villarreal, directora de Asociaciones de la FAO, explicó, por ejemplo, que se pueden hacer cambios cotidianos como trocar una comida compuesta por carne por otra vegetariana una vez a la semana, teniendo en cuenta que la ganadería emite dos tercios de los gases de efecto invernadero procedentes del sector primario.
También expuso la necesidad de incrementar el consumo de legumbres en lugar de otros productos que requieren más agua.
No obstante, diversos proyectos de ganadería sostenible, como los productores que combinan ganado con plantas forestales en sus predios para apoyar las cuencas hidrográficas, son otros casos en que se ha demostrado que se puede hacer un manejo más sostenible del ganado.
FUENTE: Por: Efe - Reportajes 25 de marzo 2017
http://www.eltiempo.com/cultura/gastronomia/el-veganismo-gana-terreno-a-nivel-mundial-71262
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