jueves, 23 de abril de 2015



LA AMARGA VERDAD SOBRE SPLENDA
¿Haces dieta con Splenda?
La sucralosa o también conocida como Splenda, es un producto químico sintético biológicamente extraño, cuya presencia en este planeta no es anterior a 1976, y cuya estructura está a sólo unos pocos átomos del pesticida DDT mortal, y según estudios, ha sido demostrado que tiene efectos adversos para la salud como estos:
• Glándulas del timo encogidas (hasta 40% )
• Agrandamiento del hígado y los riñones.
• Cambios anormales histopatológicos en el bazo y el timo
• Reducción de la taza de crecimiento
• Daños en el ADN
• Cambios adversos en las bacterias gastrointestinales
• Mineralización anormal de la pelvis
• Disminución del número de glóbulos rojos
• Hiperplasia de la pelvis
• Abortos (toxicidad materna y fetal)
• Disminuciones del peso corporal del feto y la placenta
• Inflamación del intestino
• Activación de migraña
• Aumento de la glucosilación de la hemoglobina (HbA1c) en los diabéticos
Qué es la sucralosa
Al igual que “Splenda”, el término “sucralosa” es una estratagema de marketing muy poco agradable. El verdadero nombre de este producto químico un poco feo en realidad es demasiado largo para pronunciarlo (que suele ser un excelente indicador de que no es seguro para ingerir):
A pesar del intento de insinuación, la sucralosa no es una forma de sacarosa (azúcar de caña). La Sucralosa / Splenda es producida artificialmente a través de la sustitución de tres grupos de hidroxilo (hidrógeno + oxígeno) con tres átomos de cloro en la molécula de azúcar (sacarosa) . El azúcar natural es un hidrocarburo construido alrededor de 12 átomos de carbono. Cuando se transforma en Splenda se convierte en un clorocarbon, que está en la misma familia que los pesticidas mortales, como el DDT, los insecticidas, biocidas, desinfectantes como el Clorox Bleach, y el gas venenoso diclorourea usado en la Primera Guerra Mundial.
Los fabricantes de sucralosa / Splenda sostienen que este químico pasa sin cambios por la orina y las heces, cuando en realidad, de un 11 al 27% se absorbe en el cuerpo (FDA, 1999). De hecho, los diferentes grados con los cuales la sucralosa es absorbida, se utilizan como un marcador de permeabilidad del intestino para determinar ciertos estados de enfermedad. Una vez absorbido, una parte de este clorocarbon es acumulado en el cuerpo (entre el 1,6% a 12,2%). ¿Qué efectos tendrán estos productos químicos que se han acumulado? De acuerdo con James Bowen, M.D:
“Cualquier clorocarbono no directamente excretado por el cuerpo intacto puede causar un daño inmenso a los procesos del metabolismo humano y, finalmente, nuestros órganos internos. El hígado es un órgano de desintoxicación que se ocupa de los venenos ingeridos. Los clorocarbonos dañan los hepatocitos, las células del metabolismo del hígado, y las destruyen. En animales de laboratorio el Splenda produjo hígados inflamados, al igual que todos los venenos clorocarbonados, y también calcificaron los riñones de animales de laboratorio en estudios de toxicidad”.
¿Cómo puede ser esto cierto en un edulcorante aprobado por la FDA?
L aprobación de la FDA no garantiza la seguridad de ninguna manera. Lamentablemente, en muchos casos, se garantiza todo lo contrario. Toma por ejemplo el aspartame. Aspartame (Equal / NutraSweet) contiene 10% de metanol, que se descompone en el cuerpo en dos sustancias muy tóxicas: formaldehído y ácido fórmico. Hay más de 30 efectos conocidos adversos para la salud asociados con su consumo. Este edulcorante obtuvo la aprobación de la FDA en 1981, a pesar de la evidencia espantosa vinculada con el cáncer, en particular, el cáncer de cerebro.
Así que, si Splenda no es una alternativa viable para azucarar, ¿qué podemos usar en su lugar?
Cuando uno se desacopla de la experiencia “azucarada” de contenido calórico, el cuerpo se confunde, ya que no recibe alimento y por lo tanto, no alcanzará la saciedad y a su vez, conduce a excesos. De hecho, nuevos estudios han demostrado exactamente esto: los que consumen edulcorantes sintéticos son más propensos a la obesidad. Lo que esto significa es que, cuando ingerimos algo dulce, esto debe también tener un contenido calórico y nutricional. Cualquier cosa menos que esta ecuación es una receta para el fracaso y la mala salud. Afortunadamente, la naturaleza nos proporciona una verdadera cornucopia de edulcorantes saludables: la miel de abejas, la stevia, xilitol, eritritol, y el jugo de la caña deshidratado orgánico, todos los cuales están disponibles en tu tienda local de alimentos saludables. La próxima vez que te llame lo dulce, recuerda que no debes sucumbir a la publicidad exagerada que convierten sustancias químicas tóxicas en “mágicos” edulcorantes sin calorías. Utiliza el sentido común y un sentido de moderación, y tu cuerpo te lo agradecerá.
Investigación y redacción: equipo de Vida Lúcida
Imagen de Sonny Abesamis

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