viernes, 5 de agosto de 2016




LA CAYENA COMO ANALGÉSICO EXTERNO NATURAL

Con sólo dos ingredientes que la mayoría tenemos en la cocina, cayena y aceite vegetal, podemos obtener un importante preparado analgésico de uso externo que nos ayudará a combatir muchos tipos de dolores, entre otras aplicaciones.
La cayena, también conocida como ají, guindilla, chile, pimiento picante... y que abarca unas cuantas especies de Capsicum, está entre los medicamentos naturales más valiosos. Su potente acción contra el dolor en uso tópico se ha demostrado científicamente, no en vano algunos medicamentos se fabrican a partir de su principio activo, la capsaicina. Sin embargo sus propiedades ya se conocían muy bien desde la antigüedad, ya que ha formado parte de importantes tradiciones medicinales milenarias como el ayurveda.

Lo bueno de esta especia es que, a pesar de su fuerte acción picante sobre el paladar, es bastante más suave y beneficiosa para el organismo de lo que todavía muchos creen.

Bloquea la sensación de dolor liberando sustancia P
La eficaz acción de la capsaicina en uso externo se debe a que, una vez sobre la piel, actúa de forma directa y selectiva sobre las células neurotransmisoras. Y lo hace vaciándolas de sustancia P, un químico encargado de enviar mensajes sensoriales al cerebro a través del sistema nervioso, de este modo mitiga la sensación de dolor.

Escoger la más picante
Para su uso como analgésico natural, deberemos escoger la cayena más picante que encontremos, pues cuanta más capsaicina o picante contenga, más poder calmante del dolor tendrá.

La sinergia de todos sus componentes
Al usarla de forma completa, y no con su ingrediente activo aislado como las cremas de farmacia, estamos también beneficiándonos de la acción conjunta de todas sus propiedades tal y como nos las presenta la naturaleza, ya que contiene otros principios activos importantes, como salicilatos similares a la aspirina, además de vitamina C, A, B, calcio, magnesio...

Ligera irritación y sensación de calor
Curiosamente, bien utilizada en uso externo, no tiene por qué provocar grandes irritaciones sobre la piel. Lo habitual será una suave irritación y sensación de calor, y gracias a que estimula la circulación en la zona donde se aplica se genera su acción antiinflamatoria y contrairritante.

USOS
Por estas propiedades analgésicas y antiinflamatorias se ha utilizado tradicionalmente de forma externa contra diversos tipos de dolores como:
Artritis
Reumatismo
Dolores musculares
Dolores articulares
Dolor crónico de distinto origen
Herpes zoster
Dolores de cabeza, migrañas
Daño nervioso asociado a la diabetes
Dolor de tipo nervioso
Dolor de los juanetes...
Otros usos de su aplicación tópica incluyen:
Aliviar pies fríos
Catarro bronquial
Heridas y hemorragias menores: usada tradicionalmente para este fin ya que su acción antimicrobiana y astringente facilita la cicatrización y ayuda a cortar hemorragias. En este caso se puede mezclar a partes iguales con aceite de coco, y cubrir después con una venda.

PREPARACIÓN DEL UNGÜENTO
Método simple, en el momento
Se hace una pasta mezclando cayena en polvo y un aceite vegetal como el de oliva o cualquier otro de calidad de nuestra preferencia. Contra dolores musculares el aceite de calófilo crea una sinergia perfecta con la cayena. La medida dependerá de lo fuerte que queramos el preparado, puede ser, por ejemplo, desde una parte de cayena por una de aceite, hasta una parte de cayena por 30 de aceite.

Macerado
Podemos hacer un macerado de cayena y aceite, esto nos dará un aceite de cayena que servirá tanto para combatir el dolor, como para añadirlo a nuestros linimentos naturales, (Ver artículo Cómo Hacer Linimentos Naturales), cremas, etc.

Mezclaremos cayena molida y aceite vegetal como el de oliva. La medida dependerá de lo potente que queramos el producto, desde una parte de cayena por 4 de aceite, hasta mucho más diluido y suave, por ejemplo, 5 cucharadas de cayena por medio litro de aceite. Se deja macerar entre 2 y 4 semanas en un lugar cálido como la cocina, removiendo a diario. Después se filtra (también se puede dejar sin filtrar).

Pomada
Una vez tenemos hecho nuestro aceite de cayena, podemos convertirlo en una pomada que facilitará su aplicación al ser más espesa. Se consigue disolviendo cera de abejas en el aceite, al baño María. La medida a modo de orientación puede ser de unos 20 gramos de cera de abejas por 60 ml. de aceite. Una vez disuelto se pasa al envase definitivo y se deja enfriar.

Esta pomada se puede hacer a partir del aceite de cayena filtrado o sin filtrar.

Otra idea de pomada que se puede preparar es: mezclar al baño María aceite vegetal líquido, aceite vegetal sólido como el de coco o karité, cayena en polvo y cera de abejas, las proporciones pueden variar mucho en función de nuestros gustos.

Con aceite de coco
Para aquellos que prefieren manipular texturas más sólidas, otra opción es hacer una mezcla de aceite de coco virgen con la cayena. Si el aceite estuviera muy sólido se mezcla al baño María. Esto servirá excepto si el clima es muy cálido, ya que entonces el aceite de coco se vuelve líquido, y si hace demasiado frío habrá que calentarlo un poco al baño María antes de utilizarlo.

CÓMO APLICARLO
Se untará con un suave masaje sobre el área a tratar para facilitar su absorción. La piel sobre la que se extienda debe estar sana, sin heridas, llagas, ni grietas. Se puede repetir la aplicación varias veces al día, por ejemplo, 3 veces.

PRECAUCIONES
Hay que tener especial cuidado con las manos cuando se ha manipulado cayena, deberán lavarse muy bien. También podemos aplicar el preparado con guantes. Así evitaremos el riesgo de irritación de ojos por un contacto accidental. Si esto ocurriera, hay que lavar muy bien el ojo con aceite vegetal puro, como el de oliva. Tampoco se deben exponer las mucosas a la cayena.

CURIOSIDADES
La cayena como remedio de emergencia en ataques al corazón

Conocidos naturópatas como John Cristopher o Richard Schulze, aseguran haber sido capaces de recuperar de infarto con la cayena a muchas personas en su larga trayectoria profesional. Algunas de las formas de hacerlo que recoge la literatura sobre el tema, serían dando al enfermo cada pocos minutos un poco de infusión de cayena, hecha con una cucharadita de cayena en polvo en un vaso de agua caliente. En el caso de que esté inconsciente se le daría cada pocos minutos tintura de cayena.

Catalizador
La cayena, además, es un excelente catalizador. Esto es, si la añadimos a otros preparados medicinales naturales, potenciará la acción curativa de los mismos, por lo que es un ingrediente a tener muy en cuenta cuando hacemos nuestras fórmulas o macerados naturales, tanto en uso externo como interno.

Esto es sólo una ínfima parte de las magníficas posibilidades que nos ofrece la cayena, os animo a irlas descubriendo y a aprovecharlas, ya que forma parte de un poderoso arsenal medicinal que a menudo tenemos en nuestra despensa sin saberlo.

FONTE: Ecoportal.net
http://laboticaescondida.blogspot.com.ar/

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